viernes, febrero 17, 2006

El mejor del universo


Hoy quiero escribir sobre la autosuperación. No importa en qué querramos autosuperarnos, solo el cómo.

No es mi intención dar consejos de nada, este mensaje debería tomarse como un autoconsejo en voz alta, para que lo escuche el que ande en la vuelta. O mejor dicho un autoconsejo en letras altas, para que las lean, quienes naveguen por este blog. Acá debo mandarle un saludito a jmb, Don chichobazz, que se podría decir que es uno de los pocos que me regala un tiempito a diario.

Decía que iba a escribir algo, no sé si mucho o poco, acerca de la autosuperación. Un temón verdad?. Me pregunto si estaré capacitado para meterme con semejante tema. Y por supuesto me respondo un gran SI, todos estamos preparados para autosuperarnos y autoaconsejarnos. Aún quienes erran en sus decisiones, seguramente las han tomado creyendo que era el mejor camino. Nadie elije lo peor a sabiendas.

El tema es ubicarnos en NUESTRO universo, ir subiendo escalones en NUESTRO universo. Ese universo no es el universo de TODOS. Tomemosno como referencia, seamos mejor mañana de lo que somos hoy.

Las metas son de diferente tranco. Las hay a muy largo plazo, las hay a mediano plazo, y las hay a corto plazo. Cuanto mayor es la lejanía, más improbable de realizarlas nos parece.

No tomemos como referencia al vecino, la mediocridad de un genio, facilmente (por lo menos en apariencia) superaría la genialidad de un "mediocreador" (no me gusta la palabra mediocre, para definir el común de la gente). Pero siempre tendrá MUCHISIMO más valor una "genialidad mediocreadora" que una "mediocridad genialoide".

Aprendamos a superar nuestras ansiedades (esto es lo que más me ha costado). Y recién cuando nos demos cuenta de que NO vamos a poder aprender todo, y que por consiguiente NO vamos a poder saber de todo, podremos disfrutar de cada escalón que subamos de esa gran escalera de la autosuperación. Solo la vida nos hará bajar de ella, y hasta el último segundo, deberemos intentar, dar un pasito más, y alcanzar el último escalón.

Chaucito y los dejo por un tiempito, me tomo unas vacaciones, que seguramente me harán subir varios escalones sin que me dé cuenta. Disfrutaré de mi familia, de la playa, del sol, de las comidas, de los paseos, y me desconectaré por dos semanas de la máquinaria ansiolítica del cyberespacio.

Hasta la vuelta.