De todo un poco, principalmente lo relacionado con el SOFTWARE LIBRE y LINUX, tanto a nivel técnico, como también a nivel ético y filosófico.
Y lo que vaya marcando el destino y las ganas que tenga de escribir otro tipo de cosas, como cuentos, anécdotas y etc..
Este BLOG no es muy prolijo ni lindo, es más que nada un "ayuda memoria" y "depósito o banco autorecordatorio".
Recuerden:
"Todos somos alumnos"
"Todos aprendemos de todos"
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jueves, setiembre 12, 2013
Tarjeta NEGRA
Hoy tocaron a mi puerta temprano. El cielo estaba oscuro y llovía. Serían apenas pasadas las 6 de la mañana, pero yo estaba muy despierto, insomne, alerta, como esperando algo.
Me asomé y eran dos personas, a pesar de la oscuridad del día, pude verlos perfectamente, con total claridad. Eran un hombre y una mujer; ni lindos ni feos,
ni jóvenes ni viejos; de complexión normal, ni gordos ni flacos, aunque
tampoco atléticos; impecablemete presentados, impecablemente peinados,
impecablemente afeitado él, impecablemete arreglada ella, aunque sin
maquillaje; pálidos ambos, aunque tal vez me pareció porque estaban
impecablemente vestidos, con ropa "negrisima" e inmaculada.
A pesar de que llovía parecían no mojarse, curioso, pues no traían paraguas, ni venían en auto.
En sus manos traían cada uno, un sobre negro con letras rojas; el sobre que
traía el hombre, decía: "Susana"; el que traía la mujer decía: "Daniel".
Me asusté, y pensé: "murió alguien conocido y esto es una invitación a su
velorio o entierro", tal vez algo moderno, inovaciones de las agiornadas
funerarias.
Les iba a abrir con la llave, pero la puerta
estaba abierta, también la reja, curiosísimo, yo mismo las había cerrado la anoche anterior,
soy muy cuidadoso y JAMAS me olvido.
Abrí y sin mediar palabras nos entregaron los
sobres en mano propia; ella a mí y él a mi esposa, como que si supieran
exactamente que éramos nosotros. Tomamos los sobres, y cerré e inmediato. Miré por la ventana y ya se habían ido, rarísimo, no había pasado ni medio segundo desde que les había cerrado la puerta.
Tranquilo pero intrigado quise salir y preguntarles (si es que estaban
cerca), de qué se trataba, a qué empresa pertenecían, pero la puerta
estaba cerrada, con llave, también la reja, tal y como las había dejado
anoche y siempre.
Los sobres en realidad no eran sobres, eran
como esas tarjetas plegadas, que parecen un sobre cuando estan cerradas,
de una cartulina gruesa y "negrísima".
El contenido de las tarjetas... ESPELUZNANTE, y supe exactamente a que hora habían tocado la puerta: a las 6 horas : 6 minutos : 6 segundos
Se nos comunica OFICIALMENTE, que nos vamos al mismísimo INFIERNO, por no ver ni siquiera los partidos en donde juega la Selección Uruguaya de Fútbol.